Para los
que fuimos de viaje de egresados, los recuerdos que tenemos de este lugar son
muy distintos al volver a ir. Lo que en mi memoria era una ciudad nevada y de
mucho frío, se convirtió en un paisaje totalmente distinto. El verano arrasa
con la nieve y en su lugar, las rosas son el espectáculo. Nunca había visto
tantas flores juntas. ¿Sabías que existen rosas lilas? Yo me enteré allá.
Los colores
y la diversidad de su geografía es lo que más me atrajo. Las montañas verdes con
variedades de árboles Cipreses, Alerces, Pinos; al lado de la ruta más que
yuyos hay Lavanda y Rosa Mosqueta; los lagos completan el cuadro.
Geográficamente hablando pasas de la estepa, a la transición hasta llegar a los
bosques patagónicos. Si vas a Puerto Blest, encontrarás a la selva valdiviana.
La historia
es un punto característico. El nombre Bariloche proviene del idioma mapuche, y
es un derivado de la palabra “Vuriloche”, que significa "gente del otro
lado de la montaña". Este nombre le daban los mapuches de Chile a los
habitantes del lado Este de la cordillera. Al fundarse la ciudad, el nombre fue
mal entendido en una carta que le fue enviada a Don Carlos Wiederhold, un
inmigrante chileno de origen alemán instalado en 1895 en el actual centro de la
ciudad, pasando de Don Carlos a San Carlos, mezclando así su nombre con el de
la ciudad.
Te despedís
de la ciudad con las biografías de Francisco Pascasio Moreno y los hermanos
Bustillo casi completas; historias de los tehuelches y los mapuches; y por
supuesto, con un montón de fotos, anécdotas y lugares conocidos. En los
siguientes post compartiré con ustedes un poco de esas historias y lugares que
fui conociendo.