¿Alguna vez imaginaste un trabajo al que vayas sonriendo, en el que desde temprano escuches música, en donde la gente de tu alrededor sea feliz y que incorpores como cotidiano ver a Mickey Mouse y sus amigos? Uno de los trabajos que cualquiera quisiera tener es el de Rodrigo, Gerente de Conserjería del Crucero de Disney.
Él pidió no incluir su apellido en la nota ya que en los años trabajados en la compañía del ratón más famoso del mundo descubrió que no hay nada más lindo que llamar a la gente por su nombre:
"Disney is a first name company y si te lo pones a pensar es otra cosa en la cual tus padres eligieron para vos, único. Walt Disney nunca dejó que nadie lo llamara Mr Disney. Él siempre le contestaba 'Salt, me tiene que decir Walt'".
¿Cómo es trabajar en el
Disney Cruise Line? "Una jornada de trabajo tiene una variedad muy grande de sucesos. Siempre al comenzar el día escuchas música por los pasillos, y vez que de a poco se van prendiendo las luces de los lugares y sabes que el show está por comenzar. Disney no es como cualquier otro trabajo, ya que sin importar lo que hagas, estás en escena. Es divertido ver a la gente pasándola bien, entrar en un ascensor y que de golpe te encuentres con Mickey Mouse o alguno de los amigos y que lo primero que te causen sea sonreír", comenta Rod, como le dicen sus amigos.
El próximo 8 de junio se cumplen 11 años de su llegada al barco, ¿cómo consiguió ese trabajo? "Persevera y triunfaras. Me entrevisté hace mucho tiempo y no quedé. Siete años después de aquella entrevista llegó la segunda oportunidad y estaba mejor preparado. Entre muchos viajes y empleos terminé en un hotel en Punta Cana en donde conocí a unos huéspedes que trabajaban para Disney y me invitaron a trabajar con ellos. Fue una entrevista larga y muy importante", asegura.
Este trabajo le permitió conocer a Roy Disney, sobrino de Walt; y a Richard Sherman, quien escribió las canciones de Mary Poppins y el Libro de la Selva. Su mayor deseo cumplido fue llegar a Disney y poder aportar su granito de arena para que este mundo siga siendo mágico. Otro deseo cumplido fue traer a su sobrina Sasha a los parques. Todavía le quedan dos más: Juana y Franchesca.
"Me gusta mucho ver a la gente feliz, que puedan cumplir sueños que capaz tienen desde chicos o chicos que por primera vez viven el mundo Disney. Lo que menos me gusta es cuando alguien se olvida del mundo de la fantasía al que decidieron venir por unos días y dejan que cualquier cosa pequeña les arruine sus vacaciones. Los problemas deben tener el tamaño que se merecen y no hacerse drama por todo", confiesa.
Se fue de la Argentina por primera vez en 1999 sólo por un año. A partir del 2001 trabajó fuera del país y sólo vuelve de vacaciones. Cuando se le preguntó si alguna vez pensó en renunciar a todo y volver contestó: "Cuando murió mi mamá, pero mis hermanos y mi viejo me ayudaron a que vuelva al barco y mi vieja me guió sabiendo que soy feliz en Disney". La diferencia que encuentra entre trabajar acá y allá es que "en Argentina sos uno más y a fuera sos el que hace la diferencia".