03 febrero 2017

City of stars...

No puedo dormir. Acabo de llegar del cine y me quedó resonando en mi cabeza una canción muy dulce... city of stars... no para de sonar en mi cabeza y me roba una sonrisa. Una sonrisa que me hace recordar no sólo la película que acabo de ver sino una sonrisa que me hace pensar y me trajo a escribir nuevamente acá luego de casi dos años...

No voy a editar el post porque no sé si quiera alguien después de tanto tiempo lo vaya a leer. Esta noche escribo para mi, como si fuese mi diario y te cuento, me cuento lo que estoy pensando. Hace varios días que vengo con un estrés muy grande, acumulación de emociones y tensiones y hoy creía que no podía más. Por suerte tenía planes para la noche y esperaba poder tranquilizarme y olvidarme un rato de lo cotidiano de la semana. Fui al cine. Salida de chicas. Sólo sabía el nombre de la película. No recordaba haber visto el trailer ni saber de qué se trataba. Fui ciega hasta que me dijeron que era un musical. Tuve miedo de llevarme un fiasco como me pasó hace un tiempo con una. Si bien los musicales me gustan, soy de las que detestan que sea TODO cantado. Que hayan diálogos, la gente cante pero también HABLE sin cantar.

Cuestión, esperaba que sea de las del último tipo. Me habían contado que la película estaba nominada a varios Oscars y que prometía mucho. No sabía si confiar en eso ya que las últimas veces que fui al cine porque supuestamente tenía muchas nominaciones al Oscars no salí tan convencida. Creo que las nominaciones son publicidad, más venta de tickets pero porque hacen un chanchullo detrás. Desconozco la verdad simplemente es mi opinión ignorante pero como esta noche escribo para mi, me permito ser totalmente subjetiva.

La la land no es sólo un musical. Es una gran reflexión de la vida, de los sueños y las decisiones que uno toma. ¿Cómo nos olvidamos de quienes realmente queremos ser? ¿Cómo nos olvidamos de hasta dónde queremos llegar? Creemos que somos gente común que tiene que vivir una vida común, que los sueños se cumplen solo en las películas; creemos que somos fracasados y nunca conseguiremos el éxito; creemos que debemos tener ese trabajo mediocre porque no podremos conseguir nada mejor y necesitamos pagar el alquiler; creemos... no creemos en nosotros. No creemos en el potencial que tenemos... Vivimos sin vivir y esa es nuestra decisión.

En la vida tomamos decisiones todos los días. Desde lo más mínimo hasta lo que parece ser lo más grande lo decidimos nosotros. Todo lo que nos pasa, la actitud que tomamos, todo es en base a nuestras decisiones. Nosotros decidimos abandonar nuestros sueños porque estamos cansados de luchar para conseguirlos o porque simplemente tenemos miedo al fracaso. Nosotros decidimos abandonar la vida que quisiéramos tener por seguir una rutina. Pero, ¿qué pasa cuando por fin podemos cumplir nuestro sueño? tenemos que decidir si tomarlo o dejarlo. Y tomarlo o dejarlo no es una decisión fácil. A veces involucra a otras personas que también deben seguir sus sueños. Los caminos parecen separarse... ¿o quizá nosotros hacemos que esos caminos se separen?

Decisiones. ¿A veces nos arrepentimos? ¿Cómo será ese momento en el que después de mucho tiempo te topas con lo que pudo haber sido y no fue? Arrepentimiento. No, yo creo que primero pasan miles de cosas por la cabeza. Vemos todo lo que pudo ser y no fue, vemos lo que es, lo que está frente nuestro. No podemos hacer nada más que sonreir. Sonreir a lo que decidimos escaparle. Sonreir a lo que fue y pudo ser pero no es.

Qué película más linda. Qué película para reflexionar. Hacía mucho no veía algo así. Es cierto que hubo dos o tres escenas que dije: WTF? pero a pesar de eso, me movilizó tanto. Me metí en la piel de los protagonistas, lo viví. Quiero bailar, quiero cantar pero por sobre todas las cosas quiero seguir mis sueños. Algunos abandonados, hoy intentando recuperarlos. Otros en marcha, con el motor calentando y yo me pregunto... City of stars, are you shining just for me?