11 febrero 2013

El día después del cumpleaños

Fánaticos de los cumpleaños, esperan ansiosos el gran día; cuentan los días que faltan para la fecha; organizan con anticipación hasta el último detalle. Odiosos empedernidos, personas que detestan cumplir años; no se les puede preguntar cuántos años tienen porque les amargas el día; no les hables de tortas, deseos o regalos, para ellos su cumpleaños es un día más. 

No soy ni de las fanáticas ni de los odiosos, soy de otra clase. Soy de las que cumplen años en vacaciones y por ende o nunca estoy o nunca están, eterno dilema. Los últimos dos "festejos" puedo decir que fueron de lo mejor que uno puede esperar, rodeada de magia y sueños hechos realidad. Este año, los sueños y la magia fueron otros. 

Parece cábala estar siempre en familia sin importar dónde, todos unidos. Lo mismo pasa con los amigos, siempre a distancia. Los cariños presente, muchas sorpresas, pocas desilusiones. Algunos detalles pueden variar. Velitas de más, velitas de menos; torta presente o nos arreglamos con un cupcake. 

Me pregunto: ¿Por qué ese día es tan importante? ¿Por qué nos amargamos si algo de lo planeado falla? y ¿Por qué lo pensamos tanto? No sé por qué para algunos es tan importante y para otros tan poco, lo que sé es que en el fondo todos tenemos un poco de fanáticos y odiosos. Porque en el fondo todos esperamos alguna sorpresa que nos cambie el día, por más amargados que estemos con la fecha.

Hasta el más amargo antifiesta espera algún llamado o alguna visita. Espera una torta con velitas por más que no sepa qué hacer cuando le cantan el feliz cumpleaños. Espera, espera y espera... no sirve para nada esperar, hay que hacer todo lo contrario: no esperar nada; dejarse llevar por lo que el día tiene para uno.

Yo esperaba una fiesta con familia y amigos, esperaba festejar de otra manera después de tantos años, esperaba tantas cosas... y no me puedo quejar, porque tuve otra cosa, algo totalmente distinto a lo que esperaba. Personas con las que nunca antes lo había festejado, personas que me quieren y los quiero y (muchos o pocos) fueron personas que hicieron que ESE día, fuera distinto, a pesar de la lluvia, a pesar de las ausencias, a pesar de TODO. Porque es a pesar de TODO, que el amor siempre vence a cualquier malestar, desilusión, inconveniente o ausencia. Y porque es recién el día después, cuando empezas a hacer balances, que te das cuenta que el amor es el único invitado que nunca falla, es quien tiene el trofeo a la mejor asistencia.