Tener mil cosas para hacer y no saber por dónde empezar. Te habías
organizado todo de una manera y como siempre hay imprevistos, los horarios
cambiaron. Estudiar para los finales, escribir para otros, practicar para
inglés. No te podes concentrar. No estás inspirada y estás pensando en otras
cosas. Decís: “me voy a hacer un recreo y después sigo”, pero sabes que ese “después”
te retrasa todo y sentís que no llegas, o que lo más probable es que tu recreo
dure todo el día. No podes tomarte más recreos completos, no llegas, no te dan
los tiempos.
Pensas en darte por
vencida, tirar la toalla y no rendir nada, pero si lo pensas dos veces... en febrero
vas a odiar haber tomado esta decisión. Ya acumulaste varios para esa fecha y
si siguen sumando, van a pasar a julio directo (que es lo más probable) y te
resuena en la cabeza la parte de esa canción que dice “siempre la misma
situación”. Si, siempre igual. Llega esta época del año en que no queres saber
más nada. Estas cansada, agotada y necesitas vacaciones. No esperas el momento
en que sea 31 a la noche para brindar y en el medio de fuegos artificiales y
petardos, gritar: “CHAU 2012, SIGO VIVA, SUPERÉ EL FIN DEL MUNDO”.
Y después lloras, porque como toda mina sensible, te
replanteas mil cosas y te das cuenta de que al final no fue un mal año, que
estuvo bueno y las cosas buenas siempre pesan más que las malas y hacen la
diferencia en esta balanza. No podes creer que se haya pasado tan rápido y no
sólo haces tu revisión pasada, sino que preparás la listita para el año que comienza. Terminas
pasando la mayoría de los puntos que no llegaste a cumplir del año pasado al nuevo; osea TODOS porque por lo general, nunca cumplís nada de lo que te propones. Quizá
este año cumpliste varias cosas, pero… la mayoría de los puntitos estás sin
tildes o sin tachaduras. ¿O te olvidaste de tacharlos, o perdiste el papel o no
lo cumpliste? Tres posibilidades muy posibles, no sabría decir cuál es la más
certera. Obvias de escribir algunas cosas porque crees que ya son viejas. Ahora
que sos más madura, no las necesitas. Qué boludes, ¿más madura? Como cuando
cumplís años y decís: “a partir de hoy, no hago más tal cosa”, como si un día
de tu vida hiciera la diferencia, pero bueno eso es tema aparte.
Estoy tan quemada que ni siquiera entiendo cómo de hablar
del estrés facultativo y de los recreítos de estudio, terminé hablando del año
nuevo y lo que uno piensa en esa época del año. ¡Recién empezamos diciembre! Si,
el año pasó volando pero, ¿por qué no se pasa volando la etapa de finales?