Para todos aquellos que ayer y hoy se quejaban del calor, traigo al protagonista de la historia que les quiere hablar:
Soy amante de las altas temperaturas, la playa, “las olas,
el viento, sucundú, sucundú”. Sé que no todos me quieren porque a varios hago
desmayar o bajar la presión, pero reconozco que me encanta ser el centro de
atención.
Gracias a mí podes
deleitarte con los mejores lomos del verano. Mujeres en bikini y hombres en
cuero, son mi especialidad. Te regalan vacaciones por mi presencia y hasta te bronceas con el sol de
mi amigo el Verano. Hablando de él… ése si que es de fierro, nunca me abandona.
A veces me gusta ir a saludar a la Primavera o molestar al Otoño, pero la gente
me putea cuando hago esas visitas. Es por eso que de diciembre a marzo,
convivimos Verano y Calor, Calor y Verano. Somos una pareja estacional y
estamos juntos por más que a veces me adelante y él llegue siempre tan puntual.
Digamos que como me gusta figurar, aparezco de vez en
cuando. Me encanta darle un respiro a la gente y aparecer en momentos
inesperados. Quiero que tomen helados, que muestren las piernas, que las chicas
se depilen más seguido, que los chicos se maten en el gimnasio para
fanfarronear en la playa.
Confieso que me pongo celoso cuando los cantantes le dedican
canciones al Verano y yo me quedo con el papel secundario. Nadie se da cuenta
que Verano es quien es gracias a mí. Si yo no estuviese, nadie lo disfrutaría
tanto. Los pibes chorros me dedicaron un tema que dice “Qué calor, qué calor
OEO” pero ¿qué quiere decir el tema? ¿Porque hace calor tienen que tomar un
vino en cartón? Nunca lo entendí. Lo mismo me pasa con la de Calamaro: “Hace
calor, hace calor”, apenas me nombra, sólo me usa de excusa para hacer el amor
en el balcón.
Nadie me agradece,
todos me putean. “¡Qué calor la puta que lo parió!”, se queja la gente. ¿Qué
saben si me parió una puta o quién? No se metan en mi vida privada, yo me meto
poco en la de ustedes… siempre me sacan. Si no es el ventilador, es el aire acondicionado.
No me dejan entrar en su intimidad, entonces no entren ustedes en la mía.
Disfruten de las piletas, hagan guerras de agua y bombardeen
con bombuchas, pónganse poquita ropa y tomen sol. Y sino me quieren, aprovechen
las vacaciones para alejarse de mi y vayan a esquiar. Yo los quiero a todos por
igual y sé que la mayoría me quiere también. Presiento que es algo mutuo en el
fondo. Ahora que saben todo lo que tienen gracias a mí… es algo mutuo. Ámenme
como yo los amo.